lunes, 7 de junio de 2010

¿Existe el imperio americano?

Debido a la guerra en Irak, el debate sobre el imperialismo norteamericano se ha convertido en un asunto muy urgente de nuevo. Este término utilizan ya frecuentemente los críticos de la guerra en general y los opositores lo rechazan sistemáticamente, aunque algunos de ellos si no creen en el imperialismo como tal, seguramente siguen creyendo por lo menos en alguno tipo del imperio Por lo tanto, ¿se puede Washington designar como una nueva Roma? Existe el imperio americano? ¿Fue la guerra en Irak imperialista? Me parece que el papel estadounidense en el mundo todavía queda por entender correctamente y no deberíamos limitarnos a comprenderlo dentro de esta terminología antigua. La crítica del uso del poder estadounidense es ahora el papel central de la política por lo cual sería mejor echar un vistazo más de cerca a lo que está sucediendo realmente.


Desde mi punto de vista, el mundo globalizado no requiere la dominancia política tan rigurosa como lo presentan los Estados Unidos. Creo que cada semejante opinión se refiere al imperio lo cual representa una forma evidente del control político. Puede ser que en el pasado el control político estricto era necesario como lo indica la historia de los imperios europeos en la América Central pero en estos días ya no es inevitable lo que confirmó también Michael Hardt y Antonio Negri en su libro Empire: “La garantía que ofrece el imperio al capital globalizado no incluye el control micro político de los ciudadanos.”
El aparato del control no tiene el acceso a la zona local en la cual se efectúa diariamente la administración de los estados. Tampoco logra captar los elementos extraordinarios ni sus actividades. Es decir, el imperio de hoy ya no significa nada lo que significaba durante muchos años en el pasado. Hay que tener presente que el imperio no ocupa ningún territorio, no tiene ningún centro (tampoco en Washington), no depende estrictamente del control de los gobiernos satélites y finalmente se trata de un cuerpo exclusivamente posmoderno. A mi entender, el argumento de Hardt se puede percibir como una respuesta a aquellas personas que afirman que la guerra en Irak sucedió a propósito de obtener el petróleo. En realidad, el control sobre los recursos naturales no requiere el acceso directo a la zona donde se encuentran estos recursos porque el mercado funciona para que permita a los estados ricos lograr y utilizar los recursos naturales de los estados más pobres. Estoy convencida de que si esto no fuera verdad, tendríamos una actitud mucho menos crítica en comparación de la que tenemos ahora. Algunos de la línea izquierdista manifiestan que lo que ocurre hoy día en la vida política se puede llamar un imperialismo informal del mercado libre. Hay que tener cuidado porque dicho argumento incluye la identificación virtual del imperialismo con el capitalismo porque el imperialismo representa sencillamente la demostración del desarrollo capitalista en toda su complejidad. Sus formas políticas tienen sólo el significado secundario. En este lugar quisiera destacar una cosa: si el imperialismo no es nada más que la demostración del capitalismo, si no cuenta con la relevancia políticamente específica, luego no es una noción apropiada para utilizar en un análisis político. Voy a presumir entonces que el término imperialismo es un sistema del gobierno político en el sentido de que el poder imperialista consigue lo que quiere de los gobiernos las cuales protege o apoya.
Mi pregunta fundamental es: ¿Tienen los Estados Unidos en este sentido un papel dominante? Indudablemente, en cuanto a las fuerzas armadas sobresalen pero queda ya menos clara la respuesta a la pregunta si el poder militar está a favor del gobierno imperialista. Lo considero interesante porque la proyección de este tipo del poder a nivel de las alianzas regionales es muy problemático. No es tan difícil fijarse en el que a veces los Estados Unidos parecen muy débiles e incapaces de alcanzar el apoyo para sus decisiones políticas. La debilidad mencionada se demostró en su plena claridad en las dos ocasiones las cuales ocurrieron poco antes de la guerra en Irak cuando el gobierno de Corea del Norte y posteriormente el gobierno turco rechazaron abrir sus espacios estatales y ofrecer así sus territorios para la invasión en Irak. En ambos casos se trataba de los gobiernos nuevos creados a base de la democracia la cual los Estados Unidos plenamente aceptan y el gobierno norteamericano no pudo someterlos a su voluntad.

A mi juicio, el imperio exige una demarcación extensa si debe describir cualquiera cosa que existe o definir lo que es posible. Voy a utilizar la idea de la hegemonía para reflejar mejor lo que me gustaría subrayar. Cuando designamos algo como hegemónico, se supone que queremos expresar algo imperialista pero en realidad el significado de la palabra es diferente. Para mí significa una forma del gobierno más libre, menos autoritaria que el imperio y sobre todo con la mayor dependencia de los acuerdos con los demás. Creo que sería útil concentrarse ahora más a la teoría de Antonio Gramsci quien dijo en el contexto de la hegemonía: La hegemonía supone que uno toma en cuenta los intereses de los grupos sobre las cuales se efectuará el control en el sentido hegemónico y al mismo tiempo presume cierto balance. Es decir, los grupos tendrán que sacrificar algunos de ellos de la manera corporativa. Entonces hegemonía se basa de parte en la fuerza pero aún más en las ideas. Si el grupo dominante depende sólo de la fuerza, pronto se encontrará en la crisis. Si el grupo quiere evitar dicha crisis, tiene que ser preparado para manifestar el compromiso.
Entonces, ¿está cerca el estado hegemónico del grupo que mantiene todo el control? No dispongo de ninguna teoría completa sólo tengo el comienzo del argumento. Tampoco tengo interés en indicar que el gobierno norteamericano acepta la necesidad de tener las víctimas del carácter corporativo aunque las producen por ejemplo en el caso de Turquía. Pienso que hay que dejar claro que el unilateralismo del gobierno previo de George Bush fue un reto para la hegemonía sin ningún tipo del compromiso. Su actuación en la escena internacional mostraba que los Estados Unidos tienen un papel imperialista en el mundo. Pero el unilateralismo no es una forma del gobierno norteamericano natural. A partir de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos han jugado un papel principal en la creación de las organizaciones internacionales y en las negociaciones con las alianzas en general. Creo que el deseo estadounidense de actuar soledosamente es bastante nuevo. Tal vez este hecho tiene algo que ver con lo que sucedió el 11 de septiembre de 2001 y con el temor de los posibles ataques terroristas. Es imprescindible tomar en cuenta que el unilateralismo estadounidense podemos colocar en la época antes del 11 de septiembre. Es decir, es un resultado de la arrogancia y al mismo tiempo refleja la actitud del gobierno norteamericano. Desde mi perspectiva en el mundo de hoy, el poder imperialista es inútil y también una prueba muy peligrosa.
Lo es por las tres razones: en primer lugar, los estadounidenses no soportarían el imperialismo porque no están simplemente preparados financiar los gastos que produce un imperio porque obstaculiza a los ciudadanos americanos quienes no quieren pagarlos. El fracaso de los estadounidenses al mantener el orden en Afganistán, los acuerdos las cuales hizo Pentagon con el gobierno local militar y el rechazo del gobierno norteamericano de invertir en construir el estado fuera de Kabul, todo esto no está destinado a la estabilidad del poder imperial sino a la debilidad de la hegemonía. Estoy de acuerdo con aquellos que dicen que en el caso de Afganistán se trataba de una hegemonía débil sin la responsabilidad. En segundo lugar, el compromiso estadounidense con la democracia en general contradice a la teoría gobierno imperialista aunque no hay que perder de vista que el compromiso mencionado es muy hipócrita debido a la larga promoción de los regímenes no democráticos durante años como son por ejemplo Corea del Sur o Turquía. Estos dos estados representan un buen ejemplo de cómo los estadounidenses a veces tienden a crear las condiciones para la transformación democrática lo que es en realidad pura excusa para sus acciones.
Otro hecho muy interesante por parte de la administración estadounidense es aquel de no aceptar los regímenes elegidos democráticamente en Guatemala o en Chile durante la guerra fría. Es indudable que los semejantes hechos significan para el poder norteamericano una cierta crisis de la legitimidad lo que es otro elemento del gobierno hegemónico pero no del gobierno imperialista. En tercer lugar, la mayoría de los gobiernos del mundo son capaces de oponerse a la política del poder hegemónico y luego tal estado hegemónico por ser listo tiene que buscar los compromisos con los demás. Creo que hoy día cada proyecto imperialista formaría una oposición muy fuerte. Dicha oposición sería tan legítima que el imperialismo estaría destinado al fracaso. Cuando Rudyard Kipling tituló al imperio como “una pesadilla del hombre blanco”se refería a la realidad sencilla que el poder conlleva la responsabilidad. Resulta que el gobierno norteamericano no puede gobernar el mundo solo. Después de la Guerra en Irak y su triunfo dudoso, los Estados Unidos necesitan el apoyo para poder controlar las relaciones internacionales. De hecho, tratan de buscar la ayuda pero sin cualquiera muestra de la consulta o el compromiso.
Generalmente, son los izquierdistas los cuales titulan el gobierno norteamericano como el gobierno imperialista. ¿Pero que tipo de la política izquierdista produce dicha consideración sobre os Estados Unidos? Existe una larga respuesta a esta pregunta aunque por ahora tengo sólo una respuesta corta. Los finales del siglo veinte, los izquierdistas en Gran Bretaña llamados “Little Englanders” estaban firmemente en contra de la política imperial británica y pidieron radicalmente la independencia de las colonias. Los Estados Unidos ya se han comprometido con la independencia y retóricamente con la democracia también. Creo que una de las cosas que puede hacer la izquierda mundial es insistir en el cumplimiento de este compromiso no sólo verbalmente sino también en la práctica. ¿Están los Estados Unidos preparados para ayudar a Irán al constituir un nuevo gobierno aunque los iraníes son capaces de decir “no” a su ayudante americano? Otra pregunta que me parece bastante fervorosa es: ¿Cuántos intereses y cuántas tendencias que están en contra de los intereses y las tendencias estadounidenses es capaz de aceptar el gobierno norteamericano a favor de la estabilidad global? V. I. Lenin dijo en una ocasión que el objetivo de la inteligencia general es convertir los políticos en los políticos no necesarios. Creo que esta idea es muy útil. La meta principal de un hegemono democrático es reducir su papel propio y lograr un consenso cada vez más grande en cuanto a la imposición del poder.
Dudo que esta tarea sea considerada por los elegidos en Washington ya que se encuentran repetitivamente bajo la presión. Hasta el objetivo mínimo de la hegemonía con el mayor nivel del consenso se puede conseguir más fácilmente a través de la política oposicionista. Diría que la oposición tiene que provenir sobre todo de la parte interior de los Estados Unidos: los liberales y los izquierdistas americanos deberían promover la auto limitación lo que luego daría sentido a aquel instrumento como es por ejemplo El tratado de Kjoto. Asimismo, la oposición habría que aceptar la mayor intensidad mutua del comercio mundial igual que la apertura de los mercados al importar los productos de los países del tercer mundo.
Todo esto incluye la definición de la hegemonía, la aceptación de las reglas universales lo que conlleva consigo las víctimas del carácter corporativo como he mencionado antes. Como afirma Gramsci “la existencia de dichas víctimas no acaban con la hegemonía, sólo la transforman de aquella manera que sea útil para la humanidad.” Todos los opositores de la hegemonía necesitan entonces los aliados desde fuera – primero los que se encuentran en un conjunto de los estados y luego aquellos que pertenecen a la sociedad civil internacional.
Partiendo de la idea del balance de Gramsci, pienso que hoy día tiene más sentido imaginar el balance mediante la colaboración entre los Estados Unidos y la Unión Europea. Estoy convencida de que el gobierno norteamericano necesita los aliados que pueden actuar tanto con los Estados Unidos como independientemente. Si se construye dicha alianza, los estados dentro de Europa tienen que estar preparados para tomar la responsabilidad por las acciones políticas que se tomarán en el mundo. A mi entender, tienen que retomar el parte del trabajo la cual efectúa el hegemono. Mientras más responsabilidad adquieren, más consensos se pueden ofrecer por parte del país hegemónico. Finalmente, el balance se removerá hacia la igualdad. En mi opinión, si en su momento dado, Europa se hubiera ocupado más por la crisis en la antigua Yugoslavia sin la presencia de los Estados Unidos, los mismos no dispondrían del potencial hegemónico tan grande.
Otro tipo de la política opositora podría formarse en la sociedad civil internacional ya que no hay que olvidar que los estados no son los actores únicos en el campo político. Me gustaría destacar el papel fundamental de las grandes multinacionales en la economía global las cuales son el epicentro del supuesto imperio sin la central. Pero estos sujetos no representan un recurso de la posible oposición aunque no creo que tendrían los problemas a luchar en contra del imperio injusto. No hay que olvidar los actores no gubernamentales las cuales protegen los valores universales y están en un desarrollo permanente aunque todavía no tienen la tarea suficientemente definida en la política global. Igualmente, Hardt y Negri niegan la habilidad opositora de estas
organizaciones mostrando el caso de Bosnia y Kosovo donde el impacto moral de las mismas se convirtió en el empuje elemental de la intervención imperialista.
Pienso que un nuevo tipo de la hegemonía se encuentra en la sociedad civil internacional y queda por confirmar el espacio que puede ofrecer a los grupos no gubernamentales que tienen el campo de acción bien especificado. Otra vez voy a mencionar Hardt y Negri quienes son más optimistas en este sentido que yo. Estoy convencida de que la pregunta principal es si la democracia social transestatal es real en cuanto al futuro del poder hegemónico.
Estoy de acuerdo con la afirmación que cuando observamos un nuevo equilibrio entre los estados que se suele ligeramente cambiar, es imprescindible comprender que no estamos organizando la huelga de las provincias imperialistas. Desde mi punto de vista, se deberá crear otra forma de la política la cual se adapta al poder real y al mismo tiempo a la debilidad del poder hegemónico tradicional. Dicha debilidad fue descrita por Martin Walker quien habla del imperio virtual. Aunque no me gusta mucho su frase, su descripción del autor veo muy útil. Habla del fenómeno el cual yo considero la manera natural de la hegemonía norteamericana. Dice que “el imperio virtual mantiene su posición importante con el cierto grado de la cortesía en relación con los demás y los aliados trata con respeto. Los antiguos enemigos de los Estados Unidos como por ejemplo Rusia después del 1989 están invitados a pasar de ser sus aliados. Los gobiernos del imperio virtual se comportan rigurosamente al proteger sus intereses pero su política está abierta a su vez a la negociación y el consenso.” Tengo que admitir que la afirmación según la cual estamos bajo el pleno control intelectual y que todo lo que tenemos que hacer es aplicar la teoría de Lenin sobre el imperialismo me parece bastante atrevida y destinada al otro fracaso político.

Hay que admitir que los Estados Unidos siguen siendo el poder más fuerte del mundo aunque existen ya muchos indicadores que demuestran la pérdida de la dicha posición. El gobierno norteamericano no alcanza controlar sobre todo los actores estratégicos como son Alemania y Japón. La base industrial americana es claramente más pequeña que la europea y aproximadamente tan grande como la de Japón. El famoso potencial militar norteamericano es siempre el más fuerte del mundo pero últimamente ha sido sobrevalorado. Creo que el uso de las bases militares está condicionado más que antes sólo por la voluntad de los aliados quienes ya no están tan dispuestos a colaborar como antes. Basándose en estos hechos, la acción militar contra los estados como Afganistán o Irán suena como un rastro de la debilidad y no de la fuerza. La debilidad conlleva la inestimabilidad y los Estados Unidos se perciben como un problema en las áreas donde se acostumbraron los demás considerarlos como una solución. El gobierno norteamericano sabe bien de su dependencia de los mercados extranjeros y teme de su propia incapacidad. Mientras el mundo se está dando cuenta de que es cada vez menos dependiente de los Estados Unidos, los Estados Unidos son más dependientes del resto del mundo. La última supremacía que los queda es la militar ya mencionada lo que es para mí característico para el régimen a punto de colapsar. La Unión Soviética fracasó del mismo modo. Las pruebas más significativas de este proceso es la política europea contemporánea y la debilidad del dólar. Pienso que los Estados Unidos se pueden considerar una superpotencia sólo cuando controlasen Japón y Alemania.
Estoy convencida de que la noción de la supremacía militar ya no tiene sentido porque según los estudios, en el futuro podemos contar con el equilibrio en la esfera militar. La idea según la cual los Estados Unidos pueden controlar diferentes partes del mundo a través de las operaciones militares ya no es verdadera. El régimen puede ser destrozado igual que lo hizo el gobierno norteamericano en Afganistán. La población del Tercer Mundo ya dispone de la conciencia política lo suficientemente avanzada para no dejarse colonizar de nuevo. Resulta que el único poder determinante es el poder económico.
En cambio los europeos, tenemos la fama de ser muy pasivos y muy ingenuos. El mayor reproche es aquel del abandono en el campo militar. Pero si presumimos que el poder militar ya no tiene el papel clave en la política, luego podemos decir que los europeos han sido listos en concentrarse más en el sector financiero.
Hay que tomar en cuenta que Irak es un suministrador del petróleo muy importante tanto para Europa como para Japón las cuales son lo suficientemente fuertes para poder financiar sus requerimientos del petróleo. Para los estadounidenses ya es un poco más complicado financiarlo debido a con su déficit. Respeto a lo antes citado existe una cuestión abierta de si luchar o no aunque en realidad se trata del saber si Irak pertenece a la zona del interés americano o europeo.
A mi juicio, Europa nunca podrá retomar la posición de los Estados Unidos pero poco a poco tendrá capacidad de incorporarse en el grupo de los grandes potencias mundiales entre las cuales se encuentran de momento Japón, China y Rusia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario